El articulo del periodico.comn nos empieza asi. Si nada altera lo que queda de legislatura, el Gobierno prevé aprobar este verano una ley que tendrá una incidencia notable en los hábitos de los ciudadanos en relación con los residuos domésticos.
y yo me pregunto que sera??? porque mi cas como reza el titulo de nuestro grupo en facebook desde que reciclo esta echa un asco... http://www.facebook.com/?ref=home#!/group.php?gid=107820149259024
El objetivo de la norma es tanto medioambiental (aumentar el grado de eficiencia en el reciclaje de envases) como económico (hacerlo a un menor coste), y se mira en el espejo de Alemania, también un referente en este campo.
Edición Impresa Versión en .PDF Información publicada en la página 6 de la sección de Opinión de la edición impresa del día 09 de mayo de 2011 VER ARCHIVO (.PDF)
Pese a que los ayuntamientos llevan años promoviendo la separación y el desecho selectivo de la basura, y pese a que, sin duda, mucho se ha avanzado, los resultados son desiguales. Y si en lo que respecta al papel y el vidrio el balance es moderadamente satisfactorio, no sucede lo mismo con los envases en general -los que se depositan en los contenedores amarillos-. Quizá la gran diversidad de botes, latas y embalajes que se trasiegan en las cocinas familiares lleva a que los ciudadanos con menor sensibilidad medioambiental prefieran arrojarlos al cubo de los materiales de rechazo. Las cifras son elocuentes: se calcula que apenas el 30% de los envases van a parar a los contenedores adecuados, con el agravante de que una tercera parte de lo que se deposita en ellos es impropio, lo que dificulta el proceso de recuperación industrial posterior.
La Administración aprecia poco margen de mejora de resultados en este campo, pero como, al mismo tiempo, el envasado y el embalaje de alimentos crecen día a día, la solución por la que va a apostar es la de incentivar económicamente las prácticas responsables, en un proceso muy similar al del clásico retorno del envase de vidrio con el que convivieron durante años muchas generaciones de españoles. De esta forma, al adquirir ciertos productos al consumidor se le cobrarán unos céntimos de más que se le retornarán cuando devuelva los envases. ¿Dónde y cómo? Aquí reside probablemente la clave del acierto o el fracaso del nuevo sistema: si existe una amplia red de puntos de entrega y bonificación de recipientes, a los ciudadanos no les resultará más complicado que ahora deshacerse de ellos y la compensación económica será un aliciente. En caso contrario, se fomentará paradójicamente lo que se quiere evitar.
El cambio de rutinas por el que aboga el Gobierno no tiene el éxito garantizado. Pero la importancia del problema de los residuos domésticos obliga a desear que la ley, aunque se inspire en una cierta mano dura, sea eficaz.
y yo me pregunto que sera??? porque mi cas como reza el titulo de nuestro grupo en facebook desde que reciclo esta echa un asco... http://www.facebook.com/?ref=home#!/group.php?gid=107820149259024
El objetivo de la norma es tanto medioambiental (aumentar el grado de eficiencia en el reciclaje de envases) como económico (hacerlo a un menor coste), y se mira en el espejo de Alemania, también un referente en este campo.
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Pese a que los ayuntamientos llevan años promoviendo la separación y el desecho selectivo de la basura, y pese a que, sin duda, mucho se ha avanzado, los resultados son desiguales. Y si en lo que respecta al papel y el vidrio el balance es moderadamente satisfactorio, no sucede lo mismo con los envases en general -los que se depositan en los contenedores amarillos-. Quizá la gran diversidad de botes, latas y embalajes que se trasiegan en las cocinas familiares lleva a que los ciudadanos con menor sensibilidad medioambiental prefieran arrojarlos al cubo de los materiales de rechazo. Las cifras son elocuentes: se calcula que apenas el 30% de los envases van a parar a los contenedores adecuados, con el agravante de que una tercera parte de lo que se deposita en ellos es impropio, lo que dificulta el proceso de recuperación industrial posterior.
La Administración aprecia poco margen de mejora de resultados en este campo, pero como, al mismo tiempo, el envasado y el embalaje de alimentos crecen día a día, la solución por la que va a apostar es la de incentivar económicamente las prácticas responsables, en un proceso muy similar al del clásico retorno del envase de vidrio con el que convivieron durante años muchas generaciones de españoles. De esta forma, al adquirir ciertos productos al consumidor se le cobrarán unos céntimos de más que se le retornarán cuando devuelva los envases. ¿Dónde y cómo? Aquí reside probablemente la clave del acierto o el fracaso del nuevo sistema: si existe una amplia red de puntos de entrega y bonificación de recipientes, a los ciudadanos no les resultará más complicado que ahora deshacerse de ellos y la compensación económica será un aliciente. En caso contrario, se fomentará paradójicamente lo que se quiere evitar.
El cambio de rutinas por el que aboga el Gobierno no tiene el éxito garantizado. Pero la importancia del problema de los residuos domésticos obliga a desear que la ley, aunque se inspire en una cierta mano dura, sea eficaz.
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